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Durante la comida se genera una relación positiva entre el niño y los padres, en donde se toman en consideración los intereses del niño.

Alimentación perceptiva, como aumentar el vínculo con tu hijo

La alimentación perceptiva o receptiva es una práctica que implica una relación de reciprocidad entre el niño y su cuidador durante la alimentación. Se trata de un estilo de alimentación activa, en la cual el padre o cuidador se involucra con un comportamiento positivo con el niño, mientras alienta y toma en consideración los intereses del niño durante los tiempos de comida.

 

Comer, debe ser una suma de experiencias que implique más que solo tragar los alimento, debe involucrar todos los sentidos. Permitir explorar, experimentar y jugar con la comida es parte fundamental del inicio de la alimentación complementaria; conocer los alimentos, descubrirlos, en un entorno amoroso y de seguridad y confianza dejará una impronta en el vínculo de los bebés con el alimento que determinará cómo se relacionarán con los mismos a futuro.

 

La alimentación perceptiva se basa en tres principios:

 

  • El niño muestra señales de hambre o saciedad por medio de acciones motoras, expresiones faciales o vocalizaciones.
  • El cuidador reconoce las señales y responde rápidamente a ellas de manera cálida, contingente y apropiada de acuerdo con la etapa de desarrollo del niño.
  • El niño experimenta una respuesta predecible ante la señal emitida, esto le permite autorregularse ya que le da certeza y le tranquiliza saber que el cuidador entiende sus señales de saciedad o hambre.

Para los niños es innato reconocer sus señales de hambre y saciedad, sin embargo, nosotros como padres debemos aprender a interpretar y leer esas señales.

 

¿Cuáles son estas señales?

 

Alimentar a un niño es un trabajo de paciencia que en ocasiones puede causarnos frustración, sin embargo, es importante darle de comer con amor y buen humor y aprender las señales que pone de manifiesto para crear una experiencia positiva. En la siguiente tabla se resumen algunas de las señales de hambre y saciedad de acuerdo con la edad:

Señales de hambre y saciedad de acuerdo con la edad
Edad Señales de hambre Señales de saciedad
0 a 5 meses

- Despierta y se sacude

- Chupa el puño

- Llora o hace berrinche

- Abre la boca cuando se le alimenta para indicar que quiere más

- Aprieta los labios

- Voltea la cabeza

- Disminuye o detiene la succión

- Escupe el pezón o el chupón

- Se queda dormido cuando está lleno

4 a 6 meses

- Llora o hace berrinche

- Sonríe cuando mira al cuidador, hace sonidos guturales mientras se alimenta para indicar que quiere más

- Acerca la cabeza a la cuchara o intenta llevar la comida a la boca

- Disminuye la velocidad de succión o

- Escupe el pezón

- Voltea la cabeza

- Puede distraerse o prestar más atención a su entorno

5 a 9 meses

- Quiere alcanzar la comida

- Señala la comida

- Come más lento

- Empuja la comida hacia afuera

8 a 11 meses

- Quiere alcanzar la comida

- Señala la comida

- Se emociona cuando ve la comida

- Cierra la boca o escupe la comida

10 a 12 meses

- Expresa deseo por comida específica con palabras o sonidos

- Dice “no más” con la cabeza

De 1 año en adelante

- Combina frases con gestos como “quiero eso” y señala

- Dirige al adulto hacia el refrigerador y señala la comida o bebida que quiere

- Dice “tengo hambre”

- Utiliza palabras o frases como “acabé” y “me quiero bajar”

- Juega con la comida o la lanza

 

Esta interacción entre el niño y su cuidador adulto se va construyendo a diario desde el nacimiento, por lo que es importante no solo conocer y distinguir las señales, sino responder de manera amorosa y sensible, de forma tal de promover una relación adecuada durante la alimentación que permitirá:

- Establecer horarios de comida.

- Reglas y límites adecuados.

- Fomentar medidas de higiene.

- Aplicar técnicas efectivas para calmar.

- Promover el juego y la actividad física acordes a la edad.

La alimentación perceptiva implica que no solo importa lo que el niño come, sino el cómo lo hace, cuando lo hace y con quien lo hace. La hora de alimentarse debe ser una experiencia placentera y rica en estímulos verbales y no verbales; es una oportunidad única para modelar hábitos de alimentación saludables. Entre algunas de las recomendaciones para construir esta relación recíproca, se puede señalar:

  • Dar un tiempo para el momento de la alimentación. No hacerlo apurados.
  • Permitir que el niño explore e incluso juegue con los alimentos.
  • Conversar, describir los alimentos, tocarlos, olerlos, disfrutarlos.
  • Responder a sus gestos y señales, de gusto, disgusto y saciedad. De esa forma fomentarás su autonomía.
  • Crear un ambiente de alimentación agradable y con pocas distracciones: sin celulares, televisión u otras pantallas.
  • Procurar que el niño esté sentado de manera cómoda, idealmente frente al cuidador que lo alimentará.
  • Asegurar que el alimento sea saludable, sabroso y apropiado para la etapa de desarrollo de los niños.
  • Atender las necesidades de alimentación de los niños de manera oportuna, positiva emocionalmente y apropiada para el desarrollo.

Fuente: https://nutripediatria.com/2022/04/08/alimentacion-perceptiva/